La Mancha albaceteña

Albacete

1. LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA

La comarca de La Mancha albaceteña abarca buena parte del tercio norte de la provincia de Albacete, delimitada por las provincias de Cuenca al norte, Ciudad Real al oeste y Valencia al Este. Hacia el sur la comarca limita con el Campo de Montiel, Sierra de Higueruela y Altos de Chinchilla, estribaciones de la Cordillera Prebética. La capital provincial se encuentra dentro de este ámbito geográfico, así como La Roda y Villarrobledo, siendo algunos de los municipios más poblados. Los municipios del noreste de la comarca se enmarcan dentro de la subcomarca de La Manchuela.

2. RELIEVE Y GEOMORFOLOGÍA

La orografía de este territorio es eminentemente llana y con pendientes suaves, propia de la meseta peninsular, con una altitud media en torno a los 700 metros, exceptuando algunas áreas del extremo sur y sureste donde se encuentran algunas sierras de modesta altitud (900-1100m), así como también las hoces del Júcar y del Cabriel, otorgándole algunos rasgos distintos al resto del territorio de la comarca (La Manchuela).

Respecto a la geomorfología se corresponde en líneas generales con la submeseta sur en su conjunto, siendo parte de una cuenca sedimentaria compuesta por sedimentos miocénicos, así como calizas y margas, y algunos glacis en el piedemonte de las sierras. Este último aspecto se aprecia claramente en la erosión de las margocalizas de origen marino originada por el Río Júcar entre Valdeganga y el límite con la Comunidad Valenciana, siendo materiales depositados con planos de estratificación horizontal y sin apenas buzamientos.

Al sur y sureste, en las estribaciones de la Cordillera Prebética, se encuentran algunas sierras compuestas por calizas y dolomías (Ontalafia, Chortal, La Venta) e incluso la formación de muelas (Muela del General o Muela de Peña Negra) entre las sierras de Higueruela y Palomeras.

3. CLIMATOLOGÍA

Debido a su topografía y al reducido contraste altitudinal de la comarca, el clima de este territorio es bastante homogéneo, siendo en su totalidad un clima mediterráneo de interior continentalizado, con inviernos fríos, veranos cálidos, una marcada sequía estival y precipitaciones muy irregulares y escasas (300-400mm), aunque el régimen de precipitación es equinnocial, es decir, son más abundantes en primavera y otoño, especialmente las de carácter convectivo.

El carácter continentalizado determina que la amplitud térmica sea muy acusada, así como las heladas son muy frecuentes e importantes durante el invierno, destacando los -24ºC registrados en la Base Aérea de Los Llanos de Albacete el 3 de enero de 1971. Por el contrario, las máximas durante el periodo estival pueden alcanzar los 40ºC, aunque eso sí, con escasa humedad relativa.

4. PAISAJE

El “paisaje manchego” como suele denominarse a la mayor parte de los paisajes que se encuentran en este territorio se relaciona intrínsecamente con su orografía llana y con suaves lomas mayormente cultivada por cultivos de secano, aunque en las últimas décadas los cultivos de regadío están modificando en parte el tradicional paisaje manchego de cereal, cebada, vid y otros cultivos.

La encina o carrasca que permanece en muchos campos de cultivo de La Mancha componen otro de los elementos característicos de la comarca, encontrándose aislada en muchos casos, otorgándole una singular belleza.

No obstante, la monotonía del paisaje de llanura se rompe en las hoces del Júcar y del Cabriel, así como en las modestas sierras que limitan este singular espacio geográfico, con grandes bosques de ribera, pinar o encinar y algunos roquedos, destacando los de la Sierra de Higueruela o Muelas de Carcelén.

5. HIDROGRAFÍA

La red hidrográfica de la comarca se compone de diferentes matices. Por una parte, el tercio nororiental está surcado por los ríos Júcar y Cabriel, aunque este último actúa de límite natural entre las provincias de Albacete y Valencia. Hacia el oeste, el Río Córcoles es el curso de agua más relevante, afluente del Río Záncara (D.H. Guadiana). Y por otra parte, el resto del territorio atendiendo a su orografía llana ha dado origen a la formación de grandes zonas endorreicas, con aguas sin salida directa al mar, originando numerosas lagunas temporales y permanentes como la Laguna de Ontalafia o del Acequión.

No obstante, toda el área de Los Llanos se encuentra drenada mediante el Canal de María Cristina, aportando sus aguas al Río Júcar. Esta área tiene la singularidad de ser una zona endorreica compuesta por áreas lagunares o encharcables, y además con aportes hídricos de ríos relativamente caudalosos, con origen en el norte de la Sierra de Alcaraz (Río Lezuza, Río Jardín/Don Juan, Río de la Quéjola etc) que vierten sus aguas de forma difusa en Los Llanos.